“Yo hago esto para tratar de que otros no sufran lo que sufrí y cambiar la mirada de la discapacidad relacionada a la inmovilidad y la tristeza y mostrar lo de atreverse a soñar”, afirma Jean Maggi, el multifacético emprendedor cordobés y atleta adaptado que acaba de regresar de una expedición a la Antártida.
Jean, a quien una poliomelitis de niño lo dejó con dificultades en su andar, es un incansable promotor de que las personas con discapacidad pueden perseguir sus sueños, romper barreras y lograr cada desafío que se proponen.
Un infarto cambió su perspectiva de la vida, y tras ello con una bicicleta de mano participó de la maratón de Nueva York, cruzó los Andes, subió al Himalaya, y mientras se prepara para viajar al espacio, fue al fin del mundo y conquistó la Antártida, donde se tiró al agua e hico un bautismo en el continente austral.
“Yo pensaba mucho en cómo describir el viaje a la Antártida, lo que queda en la retina, el olfato, es difícil explicarlo, contarlo en un video. Hay tanta majestuosidad y para mí fue muy impactante”, contó en diálogo con La Mesa de Café.
El deportista y empresario reconoce que todo lo que hace tiene “un poco de locura” pero sobre todo mucho sentido: “Alguien de Samoa, que también viajaba con nosotros se me acercó al final del viaje y me dijo: ‘Debo confesar algo, te vi en tu condición y pensé ¿Qué hace este tipo acá? ¿Qué va a hacer en las expediciones, en los kayak? y me dijo que incluso en una de las comunicaciones con su esposa decía ‘hay una persona que no entiendo a qué vino’. Y cuando me vio subiéndome al zodiaco, a los kayak y pisando la Antártida, su perspectiva cambió”, relató.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
Y justamente ése es uno de los objetivos por los que Jean rompe sus propios límites y se aventura a lugares que parecieran imposibles de acceder para alguien como él. “Yo hago eso para esto para tratar de que otros no sufran lo que sufrí, esa mirada de la discapacidad relacionada a la inmovilidad y la tristeza y cambiarla por lo de atreverse a soñar”, subraya.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
Pasé de ser alguien triste, en alguien que genera un montón de cosas
En la misma Antártida se tiró al agua en una especie de bautismo que realizan todos los que van a la expedición, es decir unas 100 personas de distintos lugares del mundo. “Te atan con una cuerda, te tiran y en segundos te sacan y es una experiencia maravillosa y como un bautismo. Es purificadora porque salís hasta con la última célula del cuerpo activada”, contó.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
Jean Maggi empezó vendiendo computadoras y hoy entre otros de sus tantos emprendimientos fabrica bicicletas adaptadas para que cientos de chicos con dificultades de movilidad puedan desplazarse. “Yo aprendí a vivir, a disfrutar del momento y perseguir mis sueños y cambiar el concepto de discapacidad”
A través de su Fundación Jean Maggi y de la fábrica Super Adaptados entregan bicicletas que transforman la vida de las personas.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
“Yo lo veo en sus caras y puedo palpar su felicidad. Hemos entregado miles de bicicletas en la fundación y no hemos tenido devoluciones. Las marcas son para que alguien las supere, pero lo importante es la huella que dejamos en cada chico que yo aseguro que le cambiamos la vida con la Fundación”, manifestó.
“Yo tenía todo lo que tengo ahora para ser feliz y no lo era, pero cuando vas 30 minutos en una ambulancia que fue cuando tenía el infarto y salí de terapia intensiva hice click y empecé a trabajar por el cambio”, recuerda.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
En esta transformación y en cada objetivo que se propone destaca el apoyo de su familia, amigos y de Vicky, su esposa.
“La Antártida tiene desde 1959 el Tratado Antártico que involucra a las 7 naciones que reclaman su soberanía, pero desde 59 no se habla de nada que no sea preservar la Antártida. Ahí no hay posibilidades de acciones militares, de explotación del petróleo y la Antártida no se toca. Cuando yo contemplaba todo el círculo polar, pensaba cómo no extender esto para el sur y para el norte, porque si funcionáramos como el Tratado Antártico las cosas serían mejores”, concluyó.
Su próxima aventura es el espacio y poder ver la tierra en un todo, llevando la discapacidad hacia lo más alto.
Jean Maggi en la Antártida (Foto: Gentileza de Jean Maggi)
Entrevista de Miguel Clariá