No tan iguales ante la ley

Como bien se sabe, en la República Argentina somos todos iguales ante la ley por la constitución, pero algunos son más iguales que la mayoría.

La información viene de Tierra del Fuego: un ex miembro del tribunal superior, jubilado, ha demandado a la Caja de previsión aunque percibe un haber que triplica el sueldo de gobernador, el más alto de la provincia.

Los datos rozan el surrealismo previsional: por normas y beneficios de quienes trabajan y se jubilan en el sur patagónico, el ex magistrado percibe unos 300 mil pesos que, alega, no le alcanzan para subsistir. Dejó su importante sillón tribunalicio a los 59 años de edad, después de aportar poco más de 5 años a la Caja de la que sale cada mes, desde hace 19 años, la remuneración que hoy exige sea aumentada.

Y seguramente lo conseguirá, porque lo respaldan las leyes y normas vigentes: en el 2000 el gobernador Manfredotti impuso por decreto la jubilación anticipada. En el libro Justicia Adicta el periodista Gabriel Ramonet documenta que quien redactó ese privilegio imposible de sustentar fue, aunque cueste creerlo, el mismo cortesano que hoy demanda a la Caja.

En tiempos de la colonia regía el sistema de castas que era aceptado sin mayores cuestionamientos. Las personas, según su linaje y el color de su piel, nacían con privilegios que mantenían de por vida o nacían al descampado y que Dios los ayudara.

Las castas y los privilegios fueron barridos por la independencia primero, por el orden democrático y republicano después. Hoy somos todos iguales ante la ley...aunque, definitivamente, algunos son mucho, pero mucho más iguales que la resignada mayoría.