"Si esperábamos, no llegaba", dijo hermano de niño baleado

Continúa en coma farmacológico el niño de 8 años, que recibió un balazo el pasado sábado cuando se preparaba para jugar un partido de fútbol en la zona oeste de Rosario.

El pequeño esperaba para jugar en una de las canchitas del club Pablo VI, situado en la calle Garzón y bulevar Seguí, del barrio Goy, cuando recibió un disparo de arma de fuego, aparentemente de una bala perdida.

Quien fue testigo de toda la situación fue su hermano mayor, Agustín. El joven se encontraba en la cancha con su novia y su mamá cuando un compañerito de su hermano se acercó y los alertó que "Benja" se había cortado la cabeza.

"Fui corriendo y el profe lo había levantado del suelo. Tenía mucha sangre en la cabeza e intentamos que no se durmiera para que no pase nada raro. Lo iba a llevar yo al hospital pero mi auto estaba lejos así que el padre de un compañerito lo cargó en su chata que estaba cerca de la entrada y lo llevamos rápido. Si esperábamos a la ambulancia, no llegaba", dijo a Cadena 3 Agustín.

La noticia conmocionó a toda la comunidad del club "7 de Setiembre" y en especial al presidente del mismo.

"Para mí la zona no es fácil pero esto que pasó puede pasar en cualquier cancha", dijo a Radioinforme 3 Dante Clavijo.

El presidente de la institución expresó que es "muy cercano" a la familia, especialmente del papá del pequeño.

"Somos amigos. A él y a su hermano los llevé al club Central. Es admirable la fuerza de los padres y la familia. Los jugadores de primera se sentían culpables de lo que acababa de pasar y nada que ver", dijo.

Finalmente, al ser consultado sobre el estado del pequeño, Clavijo expresó: "Desde el momento que entró hasta hoy siempre mejoró un poquito".

Informe de Verónica Maslup. Entrevista de Miguel Clariá.