Iglesia de Vicuña Mackenna ofrece perdón al asesino del cura

El párroco de Vicuña Mackenna fue asesinado el martes a la noche de tres balazos por dos delincuentes que lo interceptaron con aparentes fines de robo cuando ingresó a la iglesia de dicha localidad.

"Éramos amigos desde el secundario y transitamos juntos la formación en el seminario de Loretto. En estos 23 años como curas hemos caminado y trabajado juntos. Hemos compartido la vida prácticamente", contó Basso quien lo precedió a cargo de la iglesia de Mackenna.

Ambos se ordenaron juntos como sacerdotes el 13 de diciembre de 1986. Luego, cada uno fue asignado a diferentes puntos de la provincia.

"Hemos hecho misiones y catequesis juntos, toda una vida compartida con él y su familia. Su mamá va a cumplir 95 años. Ayer (por este miércoles) la veía totalmente quebrada", comentó.

Al ser consultado cómo era Vaudagna, Basso indicó: "Vi en él como una especie de tractorcito, siempre dispuesto a sembrar una semilla por el bien de la comunidad. Un hombre con carácter y empuje. Nunca lo descubrí violento ni agresivo, pero si de carácter que era capaz de enfrentar la problemática diaria con vigor y lucidez".

El cura de Río Cuarto e íntimo amigo de Basso remarcó que la iglesia diocesana "ofrece perdón a los que lo dañaron" y, al mismo tiempo, resaltó que este hecho "no deja de reflejar lo les que está pasando a cientos de personas"

"No hemos querido clericalizar esta situación, sino tomarla como un testimonio de todo lo que hay que seguir trabajando para superar las injusticias y las muertes de inocentes", finalizó.

Entrevista de Miguel Clariá.