Un colegio de Córdoba lanzó una novedosa iniciativa para tratar de mitigar el efecto adictivo de las pantallas de los celulares en los alumnos. Se trata del Instituto Privado Mixto San Agustín, ubicado en barrio Colón de la capital provincial. El establecimiento empezó a apostar por el metegol para que los estudiantes socialicen y jueguen entre los distintos cursos durante el recreo.
El juego está administrado por los alumnos de sexto año, quienes deben organizarse para supervisar que todo funcione correctamente para obtener un dinero por cada ficha de juego. La escuela, si bien observa que nada se salga de control, no interviene y permite que los estudiantes del último año tengan un ingreso extra.
Salvo algunas excepciones muy puntuales, en la institución no está permitido el uso del celular en ningún espacio. Entonces el clásico metegol es una herramienta pedagógica que ayuda a comprender a los estudiantes que hay otras cosas más allá de las pantallas inteligentes.
"El metegol no vino a reemplazar a la pantalla, sino a sumar como entretenimiento para los chicos que saben que no pueden usar el celular y pueden llegar a aburrirse", explicó en La Mesa de Café la vicedirectora del establecimiento, Silvina Guiget.
Respecto a cómo reaccionaron los alumnos, explicó que, desde el primer momento en que se hizo la instalación de los seis juegos disponibles, los alumnos se entusiasmaron mucho. "Ellos no pueden usar el celular en ningún espacio del colegio, solo a través de algún proyecto pedagógico, como en Literatura para leer y así no gastar el libro. Termina la hora de Literatura y el teléfono se vuelve a guardar".
Señaló que se trata de una cuestión de conducta, enseñanza y aprendizaje que los chicos tienen muy incorporado. "Las normas las enseñamos desde el primer día y es una cuestión que está muy implementada en la escuela y que ya no nos da tanto trabajo como antes".
Por otra parte, destacó que, con algo tan sencillo como el metegol, las autoridades lograron que toda la escuela esté involucrada en esta actividad social. Los partidos pueden organizarse entre chicos de primer año y tercero, o entre los cursos que sean dado que no hay una barrera, la idea es que socialicen.
"La tarea se la hemos dejado a los chicos, más allá de que observamos como equipo docente y directivo, pero son los alumnos de sexto año quienes tienen a cargo los metegoles. Esto permitió que la venta y ganancia de las fichas sea para ellos. La escuela no interviene y les damos la posibilidad a los de sexto de que tengan un dinero extra para armar campeonatos o pasar por los cursos e invitar a jugar", precisó.
En su rol de administradores, los alumnos de sexto año deben supervisar que todo funcione correctamente y administrar quiénes son los que estarán a cargo del juego hasta el final de la jornada escolar. "Si quien está al cuidado del metegol falta a la escuela por razones de salud, los de sexto año deben establecer quién es el suplente. A cambio de la gestión, reciben la ganancia de las fichas", dijo.
Por último, señaló que la implementación del metegol marcó un antes y después. "Aumentó la socialización entre alumnos de distintos cursos y disminuyeron los problemas escolares. Los chicos son nuestro futuro, hay que pensar y apostar por ellos", finalizó.
Entrevista de Miguel Clariá.
