Alejandro Montagna y Marcelo Vives son los paracaidistas argentinos que establecieron un récord mundial de salto nocturno desde gran altitud, al arrojarse en caída libre desde la estratósfera, a 13 mil metros de altura.
El salto se realizó desde el aeródromo WTS, cerca de Memphis, Tennessee. Los paracaidistas ascendieron a 12.500 metros de altura en un avión especializado y saltaron al vacío en plena oscuridad.
"El salto fue a las dos de la mañana -hora argentina-, ya que a esa hora no hay movimientos de aviones comerciales", explicó Marcelo en Cadena 3, y aclaró que ellos fueron "tres kilómetros más arriba de lo que viaja un avión comercial".
El experimentado paracaidista contó que cuando salieron del avión, debido a la altura, "marcaba 62 grados bajo cero, con una sensación térmica de 100 grados bajo cero", y reveló que estaban muy bien equipados para el frío, con ropa con calefacción eléctrica.
"Me olvidé o se me voló el cubreguantes y tenía un poco de frío en los dedos", confesó.
A su vez, dijo que "fueron casi 4 minutos de caída libre, es decir, sin abrir el paracaídas".
Además, Marcelo contó que al principio de la caída agarraron una velocidad de 380 kilómetros por hora. Y amplió: "A medida que íbamos llegando a la tierra, la atmósfera se ponía más pesada y nos frenaba, por lo que llegamos a una velocidad normal, de 200 kilómetros por hora".
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El deportista reconoció que tenían tres factores complicados: el oxígeno, el frío y el lugar para aterrizar, ya que éste "no era óptimo". "Era una zona muy boscosa, donde pasaban líneas de alta tensión, en una noche cerrada, sin luna, y si no caíamos al lado de la pista, en la zona de donde salimos, era un problema, porque había mucho bosque", comentó.
Y completó: "El piloto nos dijo que eso no iba a ser un problema; de todos modos nosotros teníamos una linterna grandísima de mil lúmenes y para ubicar la zona de salto habíamos puesto unos estrobos que cada treinta segundo tiraban fuegos artificiales desde abajo y el cámara que iba con nosotros nos tenía que hacer señas a 20 mil pies de altura si los veía. Y si no, el plan B era abrir el paracaídas a 8 mil metros e ir a buscar la zona".
En efecto, Marcelo dijo que este proyecto hace casi un año que lo tenían en mente y aseguró que llevó mucho estudio y mucho tiempo coordinar.
"El mejor técnico en oxígeno del mundo iba arriba del avión con nosotros, el piloto era muy experimentado, el cámara también y teníamos un grupo y un equipo que no era para estrolar", destacó.
El equipo de la experiencia que encabezaron Montagna y Vives.
Entrevista de "Siempre Juntos".