En un fallo inédito, de la Sala III de la Cámara Segunda de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Entre Ríos, dio por aprobado el secundario a una adolescente superdotada a quien se la quería obligar a cursar de manera presencial el secundario.
El proceso llevó dos años y actualmente la joven entrerriana, que tiene 16, estudia Matemática Aplicada en la Universidad Nacional del Litoral luego de cursar y finalizar el secundario a distancia en Estados Unidos, con un gran esfuerzo económico por parte de su familia.
Lucrecia Di Liscia, abogada de la mamá y de la menor, explicó en Mesa de Café que la joven a lo largo de su vida manifestó esta situación de "excesiva necesidad de conocimiento, superior a la media".
Y advirtió: "El sistema educativo está planteado para la media -es decir para los que tienen coeficiente intelectual entre 90 y 120- mientras que para el resto -a quienes se los denomina 'superdotados'- el sistema educativo no está preparado".
Según indicó para los jóvenes con esta capacidad intelectual superior, el aprendizaje en las escuelas se torna lenta y les genera problemas en lo emocional.
No tienen los mismos intereses que los chicos de su misma edad y las conversaciones que pueden tener no les llaman la atención y no los atraen. En la escuela pasan a ser un 'bicho raro'.
Di Liscia precisó que el caso se judicializó por "una cuestión institucional desde el Consejo General de Educación de Entre Ríos y el Defensor de Menores del Ministerio Pupilar, que a raíz de una presentación del Consejo promovió la acción judicial para obligar a la menor a cursar".
"No era una chica que no quería estudiar, sino que tenía una necesidad de conocimiento más acelerada que del resto y ante la falta de recursos y propuesta del estado tuvo que buscar el conocimiento por otros medios", planteó.
"El cursado obligatorio no está previsto, la ley plantea distintas modalidades, presenciales, semi presenciales y libres y acá se cerraron a la cuestión presencial que no es obligatoria", afirmó.
Para la letrada el caso llegó a la Justicia por una "falta de conocimiento de la situación por parte del Consejo como del Ministerio de la Defensa y falta de conocimiento en el tema".
Además indicó que el argumento en el que se basó la acción judicial era la sociabilización de la menor, que fue desacreditada por la defensa de la adolescente al mostrar que lo hacía en otros ámbitos, porque además en el espacio escolar se tornaba dañina.
"En el fallo de la Cámara se da la definición de lo que es la discapacidad como una persona con alguna alteración funcional en relación a su edad y medio social que le da desventajas. Lo que pasa es que el ciudadano regular cundo uno habla de discapacidad piensa en las personas con deficiencias y acá no, la capacidad diferente puede venir en menos o en mas", apuntó la abogada.
En cuanto al caso de la joven, la abogada dijo que la madre le manifestó a lo largo de los distintos encuentros que su hija desde muy temprana edad tenía conductas donde pedía más aprendizaje y conocimiento y pese a su reticencia a otorgárselo, ella se las ingeniaba para aprender.
"En el caso de estas conductas, lo recomendable es una consulta con una profesional. Hay psicólogos especializados en superdotación, donde pueden ir evaluando estas situaciones para acompañar en este proceso", recomendó.
Según datos de la Sociedad Argentina de Padres y Educadores de Niños Superdotados (Sapyens) el 12% de la población de estudiantes del país tiene altas capacidades intelectuales o es superdotada.
Entrevista de Miguel Clariá
