Estuvo secuestrada por Hamas y espera que le devuelvan el cuerpo de su marido

Karina Engelbert, una argentina residente en el kibutz Nir Oz, Israel, vivió una pesadilla el 7 de octubre de 2023, cuando ella y sus hijas, Mika de 18 años y Yuval de 10, fueron secuestradas por Hamás durante un violento ataque en el marco de la celebración de Simjat Torá.

En diálogo con Radioinforme 3, Engelbert compartió su experiencia, marcada por el horror, la pérdida y una persistente esperanza de recuperar el cuerpo de su esposo, Ronen Engel, asesinado durante el asalto y cuyo cuerpo permanece retenido en Gaza.

Nacida en Córdoba, Karina se mudó a Israel tras terminar el secundario.

"Ayer fue un día lleno de emociones recibir a los 20 secuestrados vivos, entre ellos argentinos, David, Dariel, Eitan. Fue una emoción enorme y al lado una tristeza muy grande, porque 28 secuestrados que fueron asesinados. Fueron asesinados, porque por allí hay eufemismos, le buscan la vuelta a semántica. 'Fallecieron', no. No fallecieron, fueron asesinados", expresó Karina con firmeza.

"Ronen fue asesinado y su cuerpo secuestrado", contó. Ella misma fue secuestrada media hora después, en un episodio extremadamente violento. Su hija Yuval también fue tomada, tras sufrir un accidente que la dejó herida.

Afortunadamente, su hijo mayor, Tom, no estaba en casa ese fin de semana, lo que les dio "algo de tranquilidad" en medio del caos.

Karina y sus hijas estuvieron separadas durante 23 días. "Yo estuve en una casa, como un almacén", dijo, mientras que Mika y Yuval pasaron el primer día en un hospital en Gaza, donde recibieron "ayuda médica muy limitada, de muy bajas posibilidades".

Yuval, en particular, enfrentó un calvario: "Pasó tres operaciones en casa, sin analgésicos, y para limpiar el pie herido usaban agua y vinagre, porque no había otras cosas".

Karina cuestionó a los médicos de Hamás, a quienes calificó como "terroristas" y no como médicos palestinos de Gaza, por no liberar a sus hijas por razones humanitarias. "Nunca recibí una respuesta", afirmó.

El 29 de octubre de 2023, Karina fue trasladada junto a otras dos mujeres y se reunió con sus hijas, a quienes encontró en muy malas condiciones.

Sobre la muerte de su esposo, explicó: "En casa hubo una lucha, Ronen estaba armado, su arma personal, entraron terroristas, también armados, hubo un tiroteo, y al final le tiraron tres granadas. Nosotras estábamos en una habitación de seguridad, escuchamos todo. Ronen fue secuestrado cuando estaba o ya muy mal herido, o en sus últimos momentos".

A pesar del dolor, Karina destacó la resiliencia de sus hijos: "Son grandes y fuertes, y son muy parecidos al padre, así que son increíbles, están llenos de vida y de sonrisas y chistes, con un humor excelente, y la vida es más fuerte que todo".

Sin embargo, la incertidumbre sobre el cuerpo de Ronen pesa sobre la familia. "Estos días de saber de que un acuerdo, que es un acuerdo para las dos partes, y tener la esperanza de recibir a Ronen otra vez o que tal vez no tengamos ninguna información y no sepamos nunca algo de él es muy duro. Esto es lo que nos tira para atrás, porque no se acabó. No se acabó hasta que los 24 secuestrados estén en casa", expresó.

Karina también criticó duramente a la Cruz Roja, organización en la que su esposo trabajaba como paramédico: "La Cruz Roja es solamente un Uber, un taxi, no más. No tiene ninguna intención en intentar ver cómo estamos, o cómo estábamos, o ayudar en alguna forma. Eso es muy claro", concluyó.

Entrevista de Miguel Clariá.