El caso de la nadadora transgénero Lia Thomas continúa abriendo debates en Estados Unidos y el deporte del mundo. Su compañera, la nadadora Riley Gaines -campeona universitaria en doce ocasiones- se despachó contra la National Collegiate Athletic Association (NCAA) por haberlas juntado en una competencia donde Lia resultó ganadora.
Aunque el caso no esté en el primer plano de la actualidad, sigue generando debates. Todo empezó en 2022, cuando en una competencia entre las ocho mejores universidades de Estados Unidos acudió Lia Thomas -todavía en su proceso de transformación física- y demostró una gran superioridad sobre el resto de competidoras.
Desde entonces, otras nadadoras y asociaciones pidieron una regulación más dura para que atletas transgénero con un nivel elevado de testosterona no participasen en pruebas femeninas. Entre las que alzaron la voz en contra de Thomas estaba Riley Gaines, quien manifestó sentirse incómoda por tener que compartir piscina e incluso vestuario con su rival de Pensilvania.
Recientemente, durante la presentación de un proyecto de ley en Virginia denominado "Igualdad en el deporte femenino", Gaines realizó un contundente alegato contra la participación de Thomas en pruebas femeninas y contra la National Collegiate Athletic Association (NCAA), rememorando lo que sucedió hace un año.
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"Soy una de las nadadoras de los 200 mariposa más rápidas de todos los tiempos, pero el 17 de marzo del año pasado mis compañeras y yo, y otras nadadoras de otras universidades, fuimos obligadas a competir contra un hombre bilógico llamado Lia Thomas. Permitieron a Thomas competir en división femenina tras hacerlo en el equipo masculino de natación de la Universidad de Pennsylvania durante tres años", inicia su discurso.
Y sigue: "Observamos desde fuera de la piscina cómo Thomas ganaba el título nacional en los 500 estilo libre, derrotando a las atletas femeninas más impresionantes y consolidadas del país, incluyendo a mujeres que sostenían récords nacionales y olímpicos, y considerando que el año anterior, Thomas, como máximo, llegó al puesto 400 y algo entre los mejores nadadores del país en categoría masculina".
"Al día siguiente Thomas y yo competimos en los 400 estilo libre y terminamos empatadas, incluso en las centésimas de segundo. Como sólo había un trofeo la NCAA me dijo que no me lo llevaría yo porque se lo iban a dar a Thomas. Cuando lo cuestioné me dijeron que ella lo necesitaba para la foto. Las políticas de la NCAA lo que han hecho es excluir a las deportistas femeninas", criticó.
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También se refirió a la convivencia entre las atletas en el vestuario: "Esto no es todo, además de haber sido forzadas a renunciar a nuestros premios, títulos y oportunidades, la NCCA nos obligó a compartir el vestuario con Thomas, un hombre de 22 años que mide 1,90 y aún mantenía sus genitales masculinos. Permítanme ser clara: no se nos advirtió esto ni se nos preguntó por nuestra aprobación".
Y amplió, por último: "Puedo confirmar la extrema incomodidad dentro del vestuario cuando te dabas la vuelta y veías a un hombre mirándote cómo te desvestías mientras él se desnudaba. Por lo menos espero que puedan ver esta violación a nuestra privacidad y cómo muchas de nosotras nos hemos sentido incómodas, sorprendidas, avergonzadas, y hasta traumatizadas con la experiencia".
Riley Gaines remató su relato argumentando que hay un número de deportistas femeninas a las que "se les están negando oportunidades o que han sido traumatizadas o heridas por políticas que afirman promover la inclusión, que crece a un ritmo alarmante en Estados Unidos" y afirmó que "La integridad de los deportes femeninos se ha perdido".
La Mesa de Café.