Según un fallo judicial, la infidelidad no causa daño moral

La Sala A del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa revocó una sentencia que condenó a una esposa que fue infiel a resarcir a su pareja por daño moral.

"Conforme al nuevo Código Civil, el tema de la infidelidad es solamente una obligación moral que no puede provocar un resarcimiento en caso de no cumplirse. Comparto totalmente el fallo de La Pampa que revocó la sentencia", dijo en Mesa de Café Gustavo Liebau, abogado civilista.

La mujer promovió un juicio de divorcio vincular, por injurias graves, al argumentar que "su esposo la hizo blanco de todo tipo de calumnias e injurias, imputándole la calidad de infiel y haciendo comentarios agresivos tanto en público como ante el grupo familiar".

El ex marido negó "haber hostigado a la actora con escenas de celos, agresiones verbales, persecuciones, haberla amenazado o puesto en peligro su vida", y manifestó que su ex esposa le fue infiel, ya que la vio "saliendo de un hotel alojamiento con otro hombre".

"Una de las cosas buenas del nuevo Código es que ya no existe la necesidad de una causal para divorcio. Esto propende a otro principio general que es la pacificación de la familia. Supongamos que se permitiera frente al no cumplimiento de la fidelidad, se podrían iniciar acciones civiles por muchas otras cosas. Entonces, se va hacia a una sociedad a donde todo se terminaría judicializando", expresó Liebau.

Luego de cuatro años de litigio, el Tribunal Superior se expidió. Los magistrados entendieron que "si alguno de los cónyuges se siente afectado por algún apartamiento a esas conductas consensuadas puede recurrir al divorcio sin obstáculos ni expresión de causa, pero sin erigirlo en una suerte de castigo que no beneficia a nadie".

"La sociedad necesita que los jueces piensen las consecuencias de sus sentencias. Ellos podrían haber solucionado su problema hace cuatro años. Seguir con el litigio, implicó a sus relaciones, a sus hijos, a sus amigos sólo para obtener una indemnización. El Poder Judicial y el Estado deben abstraerse de cuestiones individuales e ir más allá. El pleito tiene que ser la última solución y remedio", finalizó.

Entrevista de Miguel Clariá