La Mesa de Café
El senador de origen cordobés, Mario Borghese, único representante argentino en el Parlamento italiano, advirtió sobre la inminente aprobación de esta propuesta del gobierno de Meloni.
AUDIO: Italia avanza con la ley que imposibilitará a bisnietos obtener la ciudadanía
El Senado de Italia dio el pasado jueves media sanción por 81 votos contra 37 al decreto-ley presentado por el gobierno de Giorgia Meloni, que cambia las reglas para otorgar la nacionalidad a descendientes de italianos en el extranjero.
La iniciativa limita la obtención de la nacionalidad italiana a través del principio de derecho de sangre (ius sanguinis) por el que los descendientes de emigrantes italianos podían exigir la ciudadanía sin tener en cuenta la cantidad de generaciones que los separen de su antepasado.
Para que el proyecto finalmente se transforme en ley, deberá ser aprobado por la Cámara de Diputados. La posibilidad de aprobación es alta, dado que el oficialismo tiene mayoría legislativa en el recinto italiano.
La iniciativa preocupa a muchos extranjeros, incluyendo a argentinos que buscan hacer el trámite de la ciudadanía y que no cumplen con los requisitos.
El senador italiano de origen cordobés Mario Borghese, único representante argentino en el Parlamento de Italia, advirtió sobre la inminente aprobación de esta ley que restringirá el acceso a la ciudadanía italiana para descendientes de tercera, cuarta y quinta generación, afectando potencialmente a más de 20 millones de argentinos de origen italiano.
Borghese, quien participó activamente en las discusiones del Senado como miembro de la Comisión de Reformas Constitucionales, explicó que el decreto-ley 3.625, aprobado tras intensos debates de 45 días, responde a una combinación de factores geopolíticos y burocráticos.
"No es que afecta a solo un millón, sino a potenciales 20 millones de argentinos de origen italiano. La gran mayoría son de tercera y cuarta generación, y no podrán transmitir la ciudadanía", señaló en diálogo con La Mesa de Café, destacando la magnitud del impacto en Argentina, donde más del 50% de la población tiene ascendencia italiana.
El senador detalló que el decreto busca limitar la transmisión ilimitada de la ciudadanía, una práctica que generaba tensiones en la Unión Europea y con países como Estados Unidos, debido a la facilidad de acceso a pasaportes italianos que permiten ingreso sin VISA.
Además, señaló que la saturación de los consulados y la necesidad de un vínculo con Italia, según el Tratado de Roma, fueron argumentos clave para la reforma. "Italia fabricaba ciudadanos que no se quedaban ni en su territorio ni en Europa. Era un combo muy difícil de resolver", admitió.
A pesar de la inminencia de la ley, Borghese destacó que lograron introducir cuatro enmiendas en el Senado para mitigar algunos efectos. Una de las más relevantes asegura que los actuales ciudadanos italianos, como los 150 mil de Córdoba, puedan seguir transmitiendo la ciudadanía a sus hijos y nietos. "Gracias a Dios, pudimos recuperar que los que ya son ciudadanos italianos puedan transmitirla. Si no, hasta yo, tres veces legislador de Italia, no podría transmitirla a un futuro hijo", explicó refiriéndose a la "enmienda Borghese" que lleva su nombre.
Sin embargo, las generaciones más lejanas enfrentarán un corte: la ciudadanía solo podrá obtenerse si el padre o el abuelo nació en Italia, excluyendo a bisabuelos o tatarabuelos, como permitía la normativa anterior. Esto podría generar situaciones paradójicas, como hermanos con derechos dispares según su edad. "Si uno tiene un hijo mayor de 18 años y uno menor, el menor será ciudadano porque abrimos una ventana para presentar actas de nacimiento, pero el mayor no", lamentó Borghese, anticipando que estas inconsistencias podrían derivar en demandas judiciales.
El senador también abordó la situación de quienes están en trámite. Gracias a las enmiendas, los turnos otorgados antes del 27 de marzo de 2025, incluso si son para fechas futuras (hasta dos años en algunos casos, como Brasil), serán procesados bajo la ley anterior, beneficiando a unas 31.000 personas en Sudamérica.
Asimismo, se abrió una ventana de un año para que ciudadanos italianos regularicen actas de nacimiento de hijos no registrados o adopten hijos, asegurando su ciudadanía.
Borghese expresó su preocupación por el impacto en la relación entre Argentina e Italia, subrayando la histórica conexión cultural y económica, con nueve consulados, dos institutos de cultura y cuatro cámaras de comercio en el país.
"Argentina tiene la red consular italiana más grande del mundo. Es una lástima que, entre gallos y medianoche, se haya tomado esta decisión", criticó, aunque se mostró esperanzado en un proyecto de ley futuro para recuperar derechos de tercera y cuarta generación.
Sobre la ciudadanía por matrimonio, aclaró que no se modificó y sigue siendo accesible presentando un certificado de idioma italiano nivel B1, una "ventana" que instó a aprovechar.
Finalmente, destacó la singularidad de Italia al permitir representación de ciudadanos en el exterior en su Parlamento, un derecho consagrado en la reforma constitucional de 2006, que convierte al mundo en un colegio electoral.
"Argentina tuvo presidentes, gobernadores y empresarios de origen italiano. Italia debe aprovechar esta riqueza para fortalecer su sistema país, no para cerrarlo", concluyó Borghese desde Milán, anticipando que la ley podría quedar efectiva en los próximos días tras la votación en Diputados.
Entrevista de Miguel Clariá.
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