En Argentina preocupa la falta de médicos en el interior, tanto así la Cámara de Diputados de Salta aprobó una declaración que tiene como objetivo otorgar viviendas en comodato a profesionales médicos que se radiquen en localidades del interior salteño.
En diálogo con La Mesa de Café, Mario Vignolo, ex director de Hospital Iturraspe, quien fue médico de pueblo durante 15 años en Colonia Castelar, Santa Fe, médico judicial y del servicio penitenciario, opinó sobre esta problemática que se da a nivel nacional.
En primer lugar, señaló que ya "no quedan más" los médicos rurales "de antes", como los emblemáticos ejemplos que fueron "el doctor Arturo Illia, Esteban Maradona o René Favaloro".
En ese sentido, destacó: "Yo tengo cuatro especialidades pero donde más aprendí y de lo que me siento orgulloso es haber sido médico rural. Ahí es donde uno más pierde los miedos, porque hace cosas que en otro lado no haría y lo hace por la desesperación y por necesidad".
Vignolo contó que vivió durante 15 años en un pequeño pueblo de 800 habitantes -junto a tres pueblos similares- y él era el único médico, por lo que tenía que "hacer de todo". "Hacía partos, pediatría, de abogado, de confesor, de cura", agregó.
Dijo también que en el pueblo era muy importante la función del médico "y se conservaba esa relación médico paciente que falta ahora y que es generadora de tantos problemas".
Indicó que uno de los problemas por los que faltan médicos en el interior de las provincias tiene que ver con faltas de estrategias, pero también porque la profesión médica en Argentina está precarizada, por lo que se deberían contemplar más las necesidades económicas de quienes trabajan en los pueblos.
"Afuera podrían ganar unos 700 dólares por mes, pero nada de Argentina se puede comparar con otros lugares del mundo", añadió.
Recordó también que hacía partos de mucha gente sin recursos que iban ese día y que los conocía ahí mismo o rememoró las veces que lo pasaron a buscar en tractor para ir a atender.
Luego, recordó que cuando llegó a Córdoba al Hospital que luego dirigió "sentía que llegaba a la Clínica Mayo de Estados Unidos".
Habló de la importancia de la relación médico paciente y de la empatía que se debe tener para ejercer la profesión, y contó que tenía que ir en bicicleta a atender a los domicilio en caminos de tierra y barro. "Ser médico rural es apasionante", sostuvo.
Y señaló: "Yo soy muy optimista de que esto mejore. En el hospital formábamos médicos generalistas y a todos los incitaba a que se fueran a trabajar a los pueblos, pero bueno, para ir también deberían tener un incentivo económico".
Dijo además que en otros países los médicos rurales "están mucho más incentivados", y admitió que esta problemática "ocurre en todo el mundo y es muy triste porque se pierde esa esencia del médico".
Y concluyó: "Ojalá se recupere esa imagen del médico de pueblo, de familia".
Entrevista de Miguel Clariá.
