AUDIO: El disfraz del antisemitismo
Por supuesto, existe un movimiento pro-Palestina que crece globalmente y la multitudinaria manifestación en Barcelona es prueba de ello.
En Argentina, en manifestaciones de diversa índole política durante los últimos días, han aparecido banderas palestinas y, con ellas, algo que no debemos naturalizar ni mucho menos tolerar: una peligrosa confusión.
Hablo de la mezcla entre una legítima posición política contra las acciones del Gobierno del Estado de Israel y el antisemitismo más brutal.
Esto se evidenció, como lo vimos en las coberturas televisivas de ayer, en los grupos que intentaron impedir la "fiesta" de los adherentes al movimiento libertario.
Hay que empezar por una regla básica de convivencia: si el espacio político X quiere celebrar un evento, no hay razón para que el espacio político Y vaya a impedirlo.
Si los libertarios tienen su encuentro, podrá gustarnos o no, pero nadie tiene derecho a intentar agredirlos.
Pero, mucho más grave, es la razón para confundir las cosas hasta el punto de la ferocidad.
Ayer, frente a un micrófono de televisión, vi a un hombre joven hablando no del pueblo de Israel, no del ejército o de Netanyahu, sino hablando de "los judíos".
Lo hacía con una ferocidad, con un antisemitismo cerril, propio del que se ejercitaba en la Alemania de la década del 30.
Ese odio feroz aparece hoy envuelto y disimulado en lo que parece ser una buena causa: la defensa de un pueblo martirizado.
No miremos para otro lado cuando estas cosas empiezan a ocurrir y se comienza de nuevo a generar esa diferenciación de que "el judío tal y el judío cual". Simplemente, no lo toleremos.
Por Miguel Clariá.
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