Tiene un hijo autista y reflexionó sobre lenguaje inclusivo

Severo “Sapo” Sosa fue a tomar algo con unos amigos a un bar de Nueva Córdoba, los recibieron con un saludo en lenguaje inclusivo y su respuesta desconcertó a la encargada en atenderlos cuando él le empezó a hablar de verdadera inclusión.

En su cuenta de Facebook, "Sapo" Sosa contó que la moza los recibió con el saludo "Hola chiques" para anunciar que eran "un bar inclusivo". Sin embargo él la interrogó: "En un ratito viene mi hermana que es ciega. Tienen la carta en braille (...) Y no vas a creer, pero viene con mi hijo, que es autista. ¿Carta con pictogramas para la gente autista, tienen?".

Obviamente el bar, como tantos otros, no contaba con esta clase de recursos.

En diálogo con Radioinforme 3, "Sapo" Sosa, quien tiene una hermana deportista paralímpica de 30 años ciega y es padre de un niño autista de cuatro años contó que desde chico sabe "lo que es intentar que una persona esté más integrada a la sociedad, en una sociedad que no está preparada para una inclusión real".

"La situación que se vive en este bar es habitual en cualquier bar, edificio público, espacio común", subrayó y aclaró que por eso no hizo hincapié en el nombre del lugar.

Los lugares no tienen en cuenta para nada a la gente que está excluida. No tenemos en cuenta a la gente con discapacidad y a ciertas comunidades como la LGBT, no estamos preparados como sociedad

"El punto de vista de mi texto era puntualizar que el lenguaje inclusivo no alcanza para considerarnos una sociedad que esté en inclusión. Me parece que es un detalle y me parece que recién estamos empezando pero a un nivel muy superficial que no es mucho, y es casi prácticamente nada", enfatizó.

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"No es una cuestión presupuestaria esto, es cuestión de querer hacerlo y tener ganas, el ejemplo de un menú en braille es un ejemplo, pero no puede ir a hacer las compras al supermercado o ir a la terminal y manejarse sola y lo básico, no pueden circular por la vía pública porque es imposible", lamentó.

"Quiero destacar que hay gente que trabaja en serio para incluir a esta gente que vive estas situaciones. Ayer me llegó un mail del Hotel Edén de La Falda tiene el menú en inclusión y la gente que atiende conoce el lenguaje de señas y braille. El que lo hace hay que ponderarlo porque las herramientas son pocas y se hacen a pulmón", destacó.

Entrevista de Miguel Clariá.