El juez de Garantías 4 de San Martín, Alberto Brizuela, ordenó la “excarcelación extraordinaria” de la madre e hija que mataron de 185 puñaladas a su esposo y padre, respectivamente, pero la medida fue apelada por la fiscal Silvia González Bazzani.
El abogado de las acusadas, Andrés López, dijo que tanto Paola Córdoba y su hija Milagros Nairetti “fueron víctimas durante muchos años del sistema”.
“Durante 23 años Paola sufrió amenazas, violencia física, económica, social y sexual y Milagros también, durante 18 años, desde que estaba en el seno materno”, indicó el letrado a Radioinforme 3.
Sobre la decisión de la fiscal advirtió: “No tengo nada personal contra ella, pero sí mucho que decidir”. “Ella dijo que las denuncias que había hecho Paola no eran suficientes para terminar de esta manera”, cuestionó.
“Son mujeres que pasan rebotando de mostrador en mostrador y funcionarios que permiten que los violentos sigan actuando y después no se hacen cargo”, lamentó.
“Nosotros la primera vez que las tuvimos en el despacho le pedimos perdón como varones y como funcionarios”, expresó y aseguró que lo que padecen estas mujeres y niños es "responsabilidad de todos".
“El Día de la Mujer, este hombre llevó a prostituirse a Paola, a la madre de sus hijos, y esa noche le decía ‘no te duermas que hoy termino con vos y con tus hijos’. Imagínese ponerse en la mente de una mujer que vivía tantísimos episodios de violencia, la misma escuela denunció que el hombre le hizo un simulacro de ahorcamiento a su propia hija”, reveló.
Por estos motivos, para López, “la fiscal debería releer tantísimos instrumentos legales como la Ley de Género y un montón de cosas”.
“No fue sólo el desencadenante lo que pasó ese viernes sino un acumulamiento y todo lo que todavía no se sabe y estas mujeres de a poco van contando”, cerró.
El caso
El 9 de marzo último, Paola y su hija Milagros de 18 años, asesinaron de 185 puñaladas a Alberto Naiaretti, en su vivienda de la localidad bonaerense de José C. Paz.
La mujer, de 38 años, lo había denunciado en reiteradas ocasiones por violencia de género y además de maltratarlas física, verbal y psicológicamente: las obligaba a prostituirse.
Según relató, la discusión comenzó cuando ella se negó a continuar con esa actividad."Con los que te encamas en la ruta no debes estar tan calladita. Te llevo a la ruta para que te prostituyas y al final la pasan todos bien menos yo", le recriminó.
Cuando su esposo se quedó dormido, Paola fue hasta la cocina, tomó cinco cuchillos y volvió a la cama. Usó dos. "Esperé un rato, me levanté y le clavé uno a la altura de la costilla, abajo de la tetilla del lado izquierdo. Se despertó, se dio vuelta y le empecé a clavar el cuchillo en toda la panza. Él se levantó y se me vino encima, me decía 'qué hacés Paola'", recordó.
Según se conoció, la mujer dijo que su marido le agarró la mano para desarmarla. Su hija intercedió para ayudarla, forcejearon y terminaron en el piso, tras resbalarse por la cantidad de sangre. Córdoba, entonces, lo volvió a apuñalar hasta que dejó de respirar.
Entrevista de Miguel Clariá.
