Terrible foto de la inmigración a EE.UU. da vueltas al mundo

Mesa de Café

Terrible foto de la inmigración a EE.UU. da vueltas al mundo

26/06/2019 | 15:08 | Un migrante salvadoreño y su beba murieron intentando cruzar el Río Bravo. La imagen recuerda el caso de Aylan Kurdi, el pequeño sirio fallecido en el Mediterráneo en 2015.

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Así como aquella foto del niño sirio ahogado, y olvidado en costa de Turquía mostraba todo el espanto de la migración, este martes dio la vuelta al mundo la foto de un padre, Oscar Martínez (25), y su hija, Valeria de casi 2 años, dos salvadoreños ahogados en el Río Bravo, a la altura de Matamoros. Una escena que revela el drama de la crisis migratoria centroamericana en la frontera de México y Estados Unidos.

Una semana atrás Nayim Bukele, presidente de El Salvador estuvo en México donde plantaron un árbol en la frontera sur y México prometió una inversión de U$S100 millones para ayudar a la gente a ‘quedarse en su país’.

Esta tragedia se da en medio de un recrudecimiento de la política migratoria por parte de México, tras alcanzar un acuerdo con la administración de Donald Trump.

Las listas de espera en las casetas de cruce son eternas y ahora muchos centroamericanos están optando por cruzar nadando el río hasta Texas. El padre cruzó de esa forma con su hija y la dejó en la orilla de EE.UU, cuando regresó por su esposa al otro lado, vio cómo la niña se arrojaba de nuevo al agua y nadó hasta ella para rescatarla y ambos murieron.

Según se pudo saber, la familia había pedido asilo diplomático legal pero no pudieron soportar los tiempos de la burocracia estadounidense.

Si bien Trump no ha podido aún construir el "tan cacareado" muro entre su país y el limítrofe, ha logrado que el mismo México sea el muro: con la amenaza de aplicar aranceles de 5% a todos los productos importados desde México, Trump logró a cambio que el país de López Obrador se convierta en su barrera de contención humana de toda la migración centroamericana que busca asilo.

Trump insiste que la crisis de Centroamérica les ‘cae’ en su territorio porque México no los frena en su paso por el país.

El presidente del senado Profirio Muñoz Ledo dijo que no se puede entregar carne humana por presión de Estados Unidos. Que los migrantes se deben amparar, porque en México la ley constitucional permite (o permitía) la libre circulación.

Haciendo oídos sordos a esto, desde hace una semana, el gobierno mexicano desplegó a 15.000 efectivos (entre soldados y agentes de la Guardia Nacional), en el norte del país para ayudar a frenar el flujo de migrantes indocumentados que buscan entrar a tierras norteamericanas.

Al sur, en la frontera con Guatemala, ya hay otros 6.500 miembros del Ejército para frenar a los migrantes. Además, hay otros 2.000 militares en el Itsmo de Tehuantepec.

Este fin de semana, por primera vez, se vieron de este lado de la frontera, imágenes de la patrulla fronteriza que horrorizaron: miembros de la Guardia Nacional mexicana deteniendo a mujeres cubanas y centroamericanas que intentaban cruzar ilegalmente desde Ciudad Juárez al El Paso, en Texas.

México está por primera vez en su historia usando las fuerzas armadas y de otras corporaciones en estas operaciones de migración, cuando siempre ha sido un país de libre paso.

Por su parte, el Instituto Nacional de Migración informó que en lo que va de 2019 se han detenido a poco más de 500 mil migrantes que han entrado a México de manera ilegal.

En comparación, dicho número es tres veces mayor a la cantidad de migrantes que se detuvo en todo 2018, cuando fueron aprehendidas 138.000 personas.

En lo que va de junio fueron detenidos 1.213 migrantes, entre los cuales había 461 menores de edad. De dicha cifra, 88 infantes viajaban solos. Hay solo 13.000 pedidos de asilo formal entregados a Estados Unidos, que esperan su turno en México.

El titular del INM apuntó que, de seguir esta tendencia, al final del año se habrá detenido a un millón de migrantes en el país, la mayoría en la zona sur, en donde la presencia de la Guardia Nacional ha servido como un elemento "disuasivo" para inhibir el flujo migratorio.

Todo ocurrió tan rápido, fue tal el impacto de la amenaza de Trump que el gobierno y su departamento de migraciones está desbordado.

México se ha convertido en un tercer país seguro: es decir que aquellas personas que piden asilo en EE.UU no pueden esperar una resolución en territorio americano sino en México, lo que convierte a las ciudades fronterizas como Tijuana o El Paso, en verdaderos campos de refugiados.

La mayoría de las personas detenidas en la frontera son de tres países centroamericanos que sufren altos niveles de violencia de pandillas y pobreza: Guatemala, Honduras y El Salvador.

Informe de Bárbara Anderson- La Mesa de Café.