La Mesa de Café
19/09/2022 | 12:13 | "Cuando entré, hace 17 años, ahí descubrí mi pasión y mi amor por esto", dijo en La Mesa de Café Karin Knoepfli.
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Este lunes contuvieron el incendio en Traslasierra –que se había reavivado el domingo tras cuatro días de lucha– en el paraje Ciénaga de Allende, 20 kilómetros al suroeste de Villa Cura Brochero y no quedan focos activos en Córdoba.
Uno de los cuarteles encargados de trabajar para dar la buena noticia del cese del fuego es el de San Javier Yacanto, cuya jefa, Karin Knoepfli, habló con Cadena 3 sobre cómo es dedicar su vida para practicar el oficio.
"La pasión la tengo de muy pequeña", dijo primero y atribuyó ello a que su papá era bombero. "Cuando entré, hace 17 años, ahí descubrí mi pasión y mi amor por esto", dijo.
Karin Knoepfli indicó que la eligieron como número uno del cuartel hace dos años, junto a la subjefa del grupo, Cecilia Altamirano: "Es un cuartel dirigido por mujeres".
"Esto se vive con mucho amor y pasión. Me emociono un montón, porque es tan lindo ser bombero. Peleo la batalla junto a otros compañeros contra un frente de incendio que muchas veces asusta, pero eso nos genera adrenalina y eso la sabiduría que aflora durante todas las capacitaciones que tenemos para enfrentar a este gigante", agregó.
A su vez, contó que es mamá de dos nenas, Mora de 13 y Alma, de 9. "Soy bombera desde que ellas están en mi panza y mi carrera varias veces la hice embarazada, aunque ahí no salía al fuego, pero me quedaba de guardia", recordó.
Y añadió que a la más pequeña le tiene que explicar que está capacitada y que sabe cuidarse del fuego. "Ellas también forman parte del cuartel porque pasan mucho tiempo ahí", señaló, y dijo que "hay una red de contención muy importante atrás de ser bombera".
"Este año quedé viuda y apareció una red increíble porque antes se quedaba mi marido con las nenas". Agradeció a su mamá, sus hijas y sus amigas por la ayuda que le brindan.
Además dijo que tiene muchas charlas con sus hijas sobre el tema y que las viene preparando hace tiempo para la temporada de incendios, "ya que todos los años pasa".
Y no olvidó destacar el compañerismo del grupo que dirige: "Esta profesión me cura, me salva y mis compañeros también, porque somos una gran familia y hay mucha contención dentro del cuartel. Compartimos y acompañamos nuestras alegrías y nuestras penas".
"Es difícil de explicarlo, una vez que ingresás a la institución no te vas más; nos movemos todos, trabajamos en equipo y bajo presión todo el tiempo. La vida de los chicos depende muchas veces de mis decisiones y ahí se generan lazos muy fuertes", expresó.
Dijo que luchar contra "el fuego, provoca todo eso, que es inexplicable". Y amplió: "Usamos mucho el humor, necesitamos del humor para poder salir un poco de esa presión y para levantarnos el ánimo".
Indicó también que en el cuartel son 57 efectivos, de los cuales 26 son mujeres, y reveló que hay una tendencia a que cada vez se sumen más mujeres.
"Este año hicimos una inscripción para aspirantes y la mayoría fueron mujeres. Se generó algo hermoso y ha hecho bien llegar a tener este mix", sumó.
Además, confesó que las mayores dificultades no siempre se dan frente al fuego, sino que a veces se presentan antes de salir, como "acomodar a los hijos" para poder salir al incendio.
"Trabajamos en equipo, no es que sola me toca mover un árbol, siempre otro me va a ayudar, entonces las diferencias de género no se notan", concluyó.
Entrevista de Miguel Clariá.