Peor nunca es mejor

Sociedad

Peor nunca es mejor

10/09/2018 | 14:36 |

La noticia sobre  Emile Ratelband, el holandés que se percibe 20 años más joven, desnuda el miedo de jueces a ser políticamente incorrecto y por eso aceptan el absurdo. 

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Peor nunca es mejor

“Quiero que se queden hasta el final y que la pasemos mal”, fue la respuesta del humorista Dady Brieva en un programa de televisión donde le preguntaron por la crisis y el gobierno de Macri.

 La primera afirmación es relevante, lo separa de sectores que proclaman sus deseos de interrupción del ciclo institucional, los llamados club del helicóptero. La segunda parte, el remate, es sin embargo más importante y muy preocupante: el Midachi quiere, textual, que todos los argentinos la pasemos mal, para que nadie vuelva a votar a Macri.

Que un opositor trabaje para que la gente no vote a quien, en su opinión, lleva el país al desastre es lo que corresponde en cualquier democracia del mundo, en buena hora. La denuncia, la crítica, la militancia son herramientas legítimas para derrotar al adversario político. Y los votos, por supuesto.

La cuestión es qué significa desear que la pasemos mal. ¿Que la pasen mal quiénes? Brieva, seguro que no. Tiene contención económica y social para aguantar. Pasarla mal no refiere a quienes no podrán viajar a Miami, tendrán menos rentabilidad o verán reducido el poder adquisitivo de salarios que ya no alcanzan. Es el castigo que desbarranca a los de abajo, los que caen sin red, sin protección contra la enfermedad, el hambre, la pobreza. Eso es pasarla mal.

 La idea de “cuanto peor, mejor” se la adjudican un ruso de apellido impronunciable quien argumentaba que profundizar el deterioro de las ya míseras condiciones de vida del proletario conduciría a la revolución. Más hambre y muertes eran un precio razonable a pagar para alcanzar, luego, el paraíso marxista.

Habrá que ver a qué paraíso aspira llegar Brieva, pero apostar a más miseria y más  hambre de muchos que ya la están pasando horrible es un medio perverso para arribar a cualquier fin. El más cínico, el más inhumano, el menos solidario.