Cebados e impunes

Opinión

Cebados e impunes

23/05/2023 | 11:08 |  

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Daniela, la verdulera de Matienzo nos pone sobre aviso de que algo monstruoso crece en medio de la crisis, cada vez más profunda, cada vez más ignorada por gobernantes que viven en otro país, un país donde difícilmente deban enfrentar la situación extrema que le tocó ayer a una jubilada, antes de ayer a un verdulero en Córdoba.

Psicópatas que además de salir a robar, salen a matar. A hacer daño. Hay algo difícil de entender aun para los códigos del delito. Arrebatar un bolso y luego tirar a matar. O festejar mientras se fugan porque creyeron haber matado a alguien que milagrosamente sobrevivió.

O que se ensañan con un jardincito, mostrando su odio, su resentimiento contra todo lo que representa una escuela. .

El delito existe y hasta se explica en todo el mundo. Y crece en tiempos de crisis y marginalidad. Millones de niños están expuestos al delito como un medio de vida naturalizado. Van a crecer no sólo excluidos, no escolarizados y con carencias, serán preparados para delinquir. Pero aun así, aun desde la frialdad casi cínica del análisis sociológico, la perversión y la brutalidad de los últimos episodios de la crónica policial primero sorprenden, después desafían, finalmente espantan. Instalan el miedo.

Algo muy profundo se ha destruido en nuestra sociedad. Y esa destrucción alcanza a un número de personas difícil de calcular, pero que son cada vez más. Individuos que salen a cazar, no como los primitivos, que lo hacían para comer, son cazadores cebados, impunes, que se parecen a los que se entretienen baleando a animales por el placer enfermo de verlos caer.

Daniela lo expresa con la claridad de los sabios: Salen a cazarnos, nosotros somos las presas a cobrar. Celebran los impactos. Uno imagina que hacen muescas en las culatas de sus pistolas como los killers de película.

Pero no es una película, no es ficción. Es terror verdadero. Son cazadores enfermos de odio y resentimiento. Y quienes deberían estar defendiendo de alguna manera a las presas, a las víctimas, tienen todos sus esfuerzos puestos en definir la lista de candidatos para el país en el que ellos viven, cuidados, protegidos, sin miedos a los cazadores cebados.

Por Miguel Clariá.